Hay
tres tipos de escritura en el japonés: los silabarios Hiragana y
Katakana, y los Kanji. Los tres son utilizados, aunque con diferentes
propósitos y frecuencias.
El
silabario Hiragana es el básico, y
el primero en ser enseñado. Está compuesto por 46 caracteres
principales, que se dividen en 40 sílabas, cinco vocales y una
consonante. Se emplea para la escritura japonesa en general. El
Katakana, por su parte, está compuesto por la misma cantidad de
caracteres, y es equivalente al Hiragana, pero su uso se restringe a
casos particulares: para escribir nombres o palabras de origen
extranjero (principalmente del inglés), para escribir onomatopeyas,
o para resaltar palabras (algo similar a las comillas o a la cursiva
en nuestro idioma). Si bien, en una primera instancia, puede
llamarnos la atención que los japoneses tengan dos métodos de
escritura distintos, esto no difiere demasiado del castellano, que
cuenta con un alfabeto en minúscula y otro en mayúscula.
Con
respecto a los Kanji, como
mencionamos anteriormente, cada uno de ellos tiene un significado
particular, y diferentes lecturas, pero siempre pueden
descomprimirse; es por eso que muchos textos (como los periódicos o
los manga, ‘comics’ japoneses) incluyen la equivalencia en
Hiragana de sus Kanji arriba de los mismos, para facilitar y agilizar
su lectura.
Además
de los silabarios y
de los Kanji, los japoneses también usan la escritura occidental
(denominada Rōmaji), aunque su uso está limitado a señales o
letreros.
Yo
empezaré por el Hiragana, ya que el pilar básico japonés y de ahí
para arriba.
Recuerdo
que no estoy impartiendo clases, si no que pongo lo que estudio. Así
tengo una guía de progresos, un diario o una ayuda para el que
quiera empezar con el japonés.
El
método que estoy usando es seguir los cursos de Kira-sensei a
través de videos en youtube y
podcasts de Itunes compaginados con alguna información más de
internet y el libro "Minna
no Nihongo"
(aunque no lo he comprado todavía).